Es un contrato mediante el cual la entidad financiera (prestamista) entrega al cliente (prestatario) una cantidad de dinero pactada, obligándose este último al pago de un interés y a la devolución del nominal o principal de acuerdo con un determinado calendario de amortizaciones. El modo en que esto se realiza ha de estar claramente definido en el propio contrato.
Se trata de un contrato real pues la entrega de dinero es un elemento esencial para que exista el contrato y, a partir de ese momento, se generan obligaciones para el prestatario. Entre las obligaciones del prestatario pueden citarse:
• Pagar todos los gastos que pueda ocasionar la formalización del préstamo.
• Abonar las comisiones devengadas por la operación.
• Realizar las amortizaciones del capital en los plazos convenidos.
• Pagar los intereses remuneratorios del capital en los plazos convenidos, así como los intereses de demora que puedan generarse por el retraso en la amortización.
En el método francés, el capital se amortiza de forma creciente siendo los intereses decrecientes cuota a cuota al ser menor el capital vivo, de tal manera que en cada periodo la cuota conjunta por capital e intereses es idéntica a la del resto de los periodos. Su fórmula es:
Siendo:
*a: cuota constante
Co: capital prestado
n: número de periodos de pago de cuota
i: tipo de interés