Es un contrato mediante el cual la entidad financiera (prestamista) entrega al cliente (prestatario) una cantidad de dinero pactada, obligándose este último al pago de un interés y a la devolución del nominal o principal de acuerdo con un determinado calendario de amortizaciones. El modo en que esto se realiza ha de estar claramente definido en el propio contrato.
Se trata de un contrato real pues la entrega de dinero es un elemento esencial para que exista el contrato y, a partir de ese momento, se generan obligaciones para el prestatario. Entre las obligaciones del prestatario pueden citarse:
• Pagar todos los gastos que pueda ocasionar la formalización del préstamo.
• Abonar las comisiones devengadas por la operación.
• Realizar las amortizaciones del capital en los plazos convenidos.
• Pagar los intereses remuneratorios del capital en los plazos convenidos, así como los intereses de demora que puedan generarse por el retraso en la amortización.
En el préstamo italiano, el capital se amortiza por partes alícuotas en cada periodo, liquidándose los intereses por el capital pendiente correspondiente, por lo que las sucesivas cuotas son decrecientes al ser los intereses, período a período, menores. Su fórmula es:
Siendo:
a: cuota del periodo n
c: capital prestado
t: número de periodos de pago de cuotas
CVn: capital vivo en el periodo n
i: tanto unitario
dn: días del periodo n
B: base para el cálculo (360 o 365 días)